No pongas limón a la herida.
¿Sabías que no todo se resuelve hablando? Hoy escribo para ayudarte con tus relaciones; porque me doy cuenta que no tenemos una guía; y que muchas veces hablar de lo que quisieras mejorar, hace que el otro se cierre. ¿Deseas un trato agradable? Yo se que sí y te lo mereces. Pero, no te ha ido bien ¿verdad? Estoy segura, de que hay alguien a quién le as confiado algo y te ha defraudado; quisieras que supiera y se disculpara. Quizás disfrutes imaginar que sufre. Sabes, llevamos heridas y en la amistad, esas heridas vuelven complicada la convivencia, por ello hay roces y duele relacionarse, pero también afecta aislarse. Permite que te de este panorama: qué tal si te abres a ser empático y le permites a tu amigo o amiga tener errores, piensa que quizás también has lastimado a esa persona y lo desconoces. Que cada día sea un nuevo comienzo, y al anochecer, regales perdón. No le pongas limón a la herida peleando. Si necesitas decir algo que te duele, exprésate con mucha delicadez...