No pongas limón a la herida.

¿Sabías que no todo se resuelve hablando?

Hoy escribo para ayudarte con tus relaciones; porque me doy cuenta que no tenemos una guía; y que muchas veces hablar de lo que quisieras mejorar, hace que el otro se cierre.

¿Deseas un trato agradable? Yo se que sí y te lo mereces. Pero, no te ha ido bien ¿verdad?

Estoy segura, de que hay alguien a quién le as confiado algo y te ha defraudado; quisieras que supiera y se disculpara. Quizás disfrutes imaginar que sufre.

Sabes, llevamos heridas y en la amistad, esas heridas vuelven complicada la convivencia, por ello hay roces y duele relacionarse, pero también afecta aislarse.

Permite que te de este panorama: qué tal si te abres a ser empático y le permites a tu amigo o amiga tener errores, piensa que quizás también has lastimado a esa persona y lo desconoces. Que cada día sea un nuevo comienzo, y al anochecer, regales perdón.

No le pongas limón a la herida peleando. Si necesitas decir algo que te duele, exprésate con mucha delicadeza, ponte en lugar de tu amigo y piensa que talvez esta persona no supo cómo te ofendió. Imagina esa conversación y sobre todo, se consciente de que después de externar tu incomodidad, esa amistad talvez se rompa.

Como dice John Gottman, “No esperes que al comentarle a alguien que ha sido egoísta, sonría y te diga: O wow, te invito a cenar, para que me digas más sobre lo egoísta que soy”. Eso no sucede, muchos hasta negarán tu queja, y te sorprenderá lo rápido que huyen de ti.

Si el asunto es verdaderamente importante, comenta, pon límites y resuelve. Si en cambio son cuestiones de expectativas, de una amistad idealizada, no te precipites a una discusión.

Te recomiendo, que si una persona no te expresa el amor que deseas, si no ayuda a mejorar, si alguien es orgulloso, o hay envidia, te alejes con discreción; no le des vueltas al asunto, aunque duela cerrar relaciones, a la larga será mejor y tendrás tiempo para conocer más personas.

Preséntate al mundo con la idea de disfrutar, aprender de lo que te desagrada, acude a terapia y habla de tus heridas, no seas tan duro al juzgar, no hay persona perfecta; y tampoco seas liviano, no permitas que no te respeten.

La solución es seguir intentando y no retirarte del juego, recuerda lo mucho que te gustará seguir teniendo amigos, y lo bien que disfrutas las salidas con ellos.

 

 

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